viernes, 5 de noviembre de 2010

La búsqueda


 
Ahora sí, no le quedaba la menor duda, había sido sometida, día tras día durante las últimas tres semanas, al más implacable y minucioso registro.
 
Lo sabía porque cualquier alteración de la disposición de sus pertenecias, por más sutil que fuera, jamás pasaría desapercibida ante su compulsión por el orden.
 
Ese día, el vigésimo tercero, contado a partir de la primera sospecha, lo increpó: “Qué buscas”.
 
Él, ni dejó de mirarla ni le respondió.
 
–Sé que buscas algo porque has dejado la huella de tu incertidumbre en cada gaveta, en cada estante, en todos los rincones. Dime, qué es.
 
Tras un largo y punzante silencio, él finalmente respondió: “Tu agenda oculta”.




(De la serie: Cuentos muy, muy cortos)
 
(Hasta ahora el único de la serie)
Noviembre 2010