miércoles, 10 de agosto de 2011

Adopta un malandro


-->El Presidente Hugo Rafael Chávez Frías tras trece años (13) en el Coroto ¿o con el Coroto?, no se sabe, pero con el sistema carcelario en manos de los presos y sin más a quién echarle mano para que medio resuelva y le deje tiempo para salir en la tele y visitar a Fidel, se dejó de vainas y designó, en nombre de la Revolución Bolivariana amarilla amarillita, a Iris Varela -una diputada en pleno je-jercio de sus funciones- Ministra Popop de Servicios Penitenciarios para ver si hace algo por componer lo que no han hecho quienes la preceden. Hasta aquí, clarito todo.
 
La primera medida de la mentada ministra en nombre de su ComandantePresidente ¡Patria o … camarada! fue, así, sin más, eliminar el ingreso de nuevos presos a las cárceles. La verdad, yo encuentro la medida muy consecuente, muy en lógica sintonía con los principios que la distinguen, a la Revolución amarillita digo. ¿Rojita? Bueno, no sé. La encuentro lógica porque así ha funcionado esta Revuelta Bolivariana desde que estrenó en pantalla en 1992.
 
Me explico: cuando hay problemas de abastecimiento de aceite, por ejemplo, nos recomiendan hornear; cuando no hay leche nos exhortan a ingerir menos productos lácteos porque, al fin y al cabo no son muy sanotes así que digamos y lo que busca la Revol es velar por la salud del pueblo soberano y tal y qué se yo. En cuanto explotó la crisis eléctrica, además de echarnos el muerto a los ciudadanos y en lugar de resolver, lo que hicieron fue clavarnos aumento de tarifa. Ahora que la situación en cárceles se puso pelúa (sin alusiones ministeriales de tipo alguno) no podíamos esperar más que la lúcida solución de la Ministra: ¿No hay espacio en las cárceles? Bueno, que no entre un caco más ¡Me cierran esa puerta!
 
Yo, hoy, me adelanto al Régimen y a su política de soluciones locas a las que nos tienen sometidas (dos) (nunca acostumbrados) (das) y me lanzo con esta campaña patriótica, revolucionaria y de muerte lenta para descongestionar, ya no sólo las cárceles venezolanas sino nuestras ciudades y pueblos: ¡Adopta tu malandro! Si cada familia venezolana adopta su malandro, anótenlo, los índices de delincuencia se van a cero pues todos estarán a buen resguardo. La mayor ventaja de esta solución es que, al tenerlo alojado en casa amarrado a la pata de una cama, alimentado y bien vestido eliminaremos la incertidumbre de cuándo y dónde te va a salir el ladrón.
 
(Corren por cuenta del Régimen Bolivariano Revolucionario Socialista ma non troppo Amarillo Amarillito los translados a tribunales) ¡Uh! ¡Ah!
 
 

Secuestro espsuvpré


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Yo, que creía haberlo visto, oído, sentido y hasta olido todo en materia de inseguridad, viví esta experiencia… Cómo… Cómo podría definirla… Rareta, por decir lo más, o lo menos.
 
Iba camino a una reunión; iba tarde porque en la vía topé con una manifestación de enfermeras, dos de empleados públicos, otra de damnificados y otra que –siendo la más acalorada, la que llamó más mi atención, la que detenía a transeúntes ansiosos por saciar su mórbida curiosidad, la que generó corrillos de todas las tendencias e intercambio de opiniones que parecían más bien sesiones de la Asamblea- resultó ser una protesta de militantes del Psuv. Me detuve, debo ser honesta, más que a curiosear a regodearme con aquel acontecimiento cuando, de repente sentí que todo se puso rojo y una voz que me susurró al oído: “Tranquila mmmammmita, esto es un secuestro Psuvstrés, o sea, bueno.
Si no te resistes y te calas la charla que te queremos dar, no te pasará nada, camarada”.
 
Cuando me quitaron la venda de los ojos -responsable de mi temporal y cromática ceguera- y a pesar de que había pasado muy poco tiempo, me costó adaptarme a la oscuridad del recinto. Era un salón grande y rojo, lleno de sillas rojas y un gran escenario con cortinajes rojos. De pronto, una luz cenital roja iluminó a un hombre que, vestido de rojo, apareció en una esquina del estrado y caminó golpeando palma con puño hasta el podio que también era rojo.
 
-¡Uh! ¡Ah! ¡Uh! ¡Ah! ¡Uh! ¡Ah!- Un murmullo que iba en aumento y se detuvo sólo cuando el orador, ya instalado frente al micrófono, dio el último puñetazo.
 
–Apreciados asistentes de esta gloriosa tarde, gracias por aceptar nuestra cordial invitación endógena a escuchar esta charla inductora del pensamiento revolucionario, bolivariano, marxista, leninista, democrático, cristiano, protestante, ateo, civil, militar…
 
-¡Uh! ¡Ah! ¡Uh! ¡Ah! ¡Uh! ¡Ah!- entonaban porteros, acomodadores y quitadores de vendas.
(Puñetazo) –¡Dignidad!
(Silencio sepulcral)
 
Yo creo que esa venda tenía burrundanga porque mis recuerdos son vagos, como de un disco rayado, un palabrerío que se repite y se repite aderezado por estridentes frases. Algo así como:
 
––Bla, bla, bla… ¡Mmmpatriaaa! Nnnsocialismooo y mueeerteee!
 
––Bla, bla, bla… Yo hoy le juro al pueblo venezolano…
 
––Bla, bla, bla…¡Aquí güeeeleeazufreee!
 
––Bla, bla, bla… ¡A paso de vendedores!
 
––Bla, bla, bla… No soy monedita de oro…
 
––Bla, bla, bla… Vayanalavasesepaltooo…
 
––Bla, bla, bla… prometo delante de mis hijos y mis nietos…
 
––Bla, bla, bla… Es una victoria de mierdaaa…
 
––Bla, bla, bla… Todo lo que tengo es tuyo.
 
––Bla, bla, bla… Venezuela no será colonia cubana, digo, norteamericana nunca mas…
 
––Bla, bla, bla… Dame mi habilitante…
 
––Bla, bla, bla… al soberano con dignidad en unas carpitas ahí en el aeropuerto.
 
––Bla, bla, bla… Complaciendo peticiones, les devuelvo la habilitante…
 
––Bla, bla, bla… Vayanalavasesepaltooo…
 
––Bla, bla, bla… ¡Devuélveme mi hablabatante!
 
––Bla, bla, bla… Vayanalavasesepaltooo…
 
––Bla, bla, bla…
 
––Bla, bla, bla…
 
––Bla, bla, bla…


@AnaBlackll