miércoles, 16 de abril de 2008

Medallas para todos

Ana Black



Los deportistas del mundo están que no caben en sí -ni en fa- (o brincando en una pata) con la emoción que les ha generado la decisión del gobierno revolucionario, antimperialistafascistasasesinos, socialista, afrodescendiente, indígena, endógeno, bolivariano en relación a la conducta que deben seguir –en lo adelante- los deportistas nacidos en esta tierra que dentro de poco no vamos a saber cómo es que se llama, así es que aprovechemos mientras todavía se le sigue diciendo Venezuela.
Según el decreto(ta):
• Toda(do) deportista y deportisto bolivariana(o) y socialista o socialisto debe ser entrenada(do) para la participación, nunca, ¡JAMÁS! para competir, mucho menos para ganar.
• Toda(do) deportisto y deportista bolivariano(a) que, estando en plena competencia, vea que un hermano competidor(a), ¡sea del país que sea! (menos del Imperio, clarostá) intenta ganarle, debe permitírselo sin que le quede nada por dentro… como no sea el mero mero orgullo socialista (o).
• Cada vez que un deportista etc. pierda, perdón, no logre sus objetivos, debe ser aclamado con vítores, aplausos(as), silbidos(as) y –de ser posible la ola- por todos sus compañeros(as) de equipo(pa) como si hubiera ganado (¡guácatela!) la competencia sobradísimo(ma). Un ejemplo de consigna para vociferar en estos casos: “¡Tranquilo, hermano, quelque gana es un gusano!”.
• A cada deportisto y deportista se le entregará una pastillita de Nervocalm quince minutos o media hora antes de la hora de la premiación.
• Una vez encaramado en el podio, al atleta ganador le queda terminantemente prohibido sonreír, hinchar el pecho o conmoverse al escuchar las gloriosas notas de nuestro himno nacional, que todavía no es bolivariano pero pronto lo será, no desesperéis. Al contrario, debe bajar la vista y mantenerse así hasta que termine el acto, cuantimás podrá cruzar alguna mirada cómplice con otros compatriotas que sepan lo que viene.
• Después de la premiación, a cada deportista bolivariano ¡her-ma-no! que haya recibido una medalla, sea de oro, plata o bronce, ¡recordemos que somos socialistas y aquí no hay diferencias! se le indicará el camino a la caja donde deberá depositar las medallas que haya ganando.
• Al terminar las olimpiadas, se invitará a todos los compañeros(as) atletas(tos ¡cof, cof!) del mundo (menos los imperialistas y colombianos) a participar en la repartición de medallas bolivarianas que harán nuestros deportistas en orgullosa demostración del justo lugar que tiene la perversa competitividad en los elevados valores bolivarianos.

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