La semana pasada, días después de su re-re-re-elección trampeada, Chávez dijo en una rueda de prensa que antes de que él llegara al poder aquí no había médicos ni medicinas para los pobres, sólo había brujos; acto seguido en su continuada mala función, pide a los periodistas que revisen la historia.
Si yo hubiera sido periodista (venezolana, no) (o no) allí presente, le hubiera preguntado cuál historia porque, tenemos varias: la de verdad (que se ha mantenido intacta por siglos y eso da una cierta sensación de seguridad), las que se inventa el #ComediantePresidente en cada cadena (un día sí y otro no) y que transmuta en cada cadena etc. según sus conveniencias, y están las múltiples versiones que de esas historietas hacen sus sigüises entre jalada y mecida.
No sé si los periodistas y en particular los médicos venezolanos (si es que la nueva leyenda bolivariana dejó alguno y, de existir, que se picara) hicieron la tarea, yo sí la hice, más que nada para redondear conocimientos, expandir mis horizontes y –muy especialmente, para qué mentir- serenar mi espíritu un poquito ¡Y vaya si lo logré!
La que sigue es apenas una mínima muestra de los nombres que saltaron cuando escribí en el buscador “Insignes médicos venezolanos”: José Gregorio Hernández, Luis Razetti, José María Vargas, Andrés Herrera Vegas, Jacinto Convit, Lisandro Alvarado, José Ignacio Baldó Soulés, J. M. De Los Rios, Antonio María Pineda, Arnoldo Gabaldón, Miguel Pérez Carreño, Arístides Rojas, Rafael Villavicencio, Lya Imber de Coronil, José María Carabaño Tosta, Martin Vegas, Pedro Emilio Carrillo, Pastor Oropeza, Félix Pifano, Jose Manuel Olivares, G. Hernández Zozaya, Elbano Paredes Vivas, Domingo Luciani, Espíritu Santo Mendoza, Patrocinio Peñuela Ruiz, Luis Ortega, Jesús Yerena, Francisco Fabio Peñalver, José Lorenzo Llamozas, Carlos Rasquin, Gustavo Machado, Simón Gómez Malaret, Salvador Navarrete Aulestia, Alberto Rasquin, Rafael Orihuela, Alberto Levy Romero, Miguel Raga…
Faltan muchos, los que el espacio no me permite, los que no conozco, los miles de graduados antes de la llegada de esta revolución que ya se muerde la cola. Todos los que aparecen en esta pobre lista nacieron antes de 1940; la mitad, por sus méritos profesionales y humanitarios, dio su nombre a hospitales construidos –todos y en toda Venezuela- antes, muuucho antes de 1999 y la mitad que no tiene placa en centro hospitalario ostenta una historia de vida dedicada a la investigación médica. Seguiré con mi campaña rindiéndole merecido homenaje a todos esos ilustres venezolanos que el presidente, en una sola función, en pleno uso de su ignorancia y de un solo cachuchazo degradó a categoría de brujos.
Es cuestión de, si tiene uno en la familia, poner nombre, por ejemplo: Ildemaro Torres #InsigneBrujoVenezolano y honrar así a quien lo merezca o, si lo prefiere, desenmascarar la farsa.
@AnaBlackLl
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